Lamentablemente esta enfermedad sigue sin obtener el suficiente apoyo y atención por parte de las instituciones y la comunidad científica. Esperemos que esto, ahora cambie.Esta enfermedad, descrita inicialmente en médicos, se define a través de tres componentes:
1 – Agotamiento, debido a un estrés mantenido, la sensación de ya no ser capaz de dar mas de sí mismo a nivel emocional.
2 – Despersonalización, es una actitud distante hacia el trabajo, o hacia las personas a las que se está ofreciendo el servicio y/o hacia los compañeros de trabajo.
3 – Ineficacia por la sensación de que no se están llevando a cabo debidamente las tareas y que de se es incompetente en el trabajo.
Básicamente, es un trastorno emocional provocado por un límite que se ha traspasado y que pone en serio riesgo la integridad física y emocional de la persona que lo sufre.
Los síntomas que lo caracterizan son:
Físicos: astenia, palpitaciones, taquicardia y pinchazos en el pecho, aumento de la tensión arterial, dolores musculares, cefaleas, problemas digestivos, mareos, afecciones de la piel.
Emocionales: irritabilidad, falta de concentración, apatía, baja tolerancia a la frustración, baja autoestima, alteraciones del sueño, adicciones y depresión.
Una de las principales características del síndrome es que se produce en profesiones que son más vocacionales, por ejemplo en el mundo sanitario, educativo y de servicio al cliente. El problema surge cuando se ha idealizado la profesión, o no llega el ascenso esperado por el que tanto se ha trabajado o la responsabilidad es demasiado alta, o los trabajos son monótonos, o los horarios absorbentes, o los incentivos no son acordes a la profesionalidad exigida, o por la pérdida de prestigio social, o el miedo a perder el medio económico de vida; son factores que propician la aparición del síndrome burnout.
El caso más notorio fue en France Telecom donde 35 empleados se suicidaron entre 2008 y 2009. La justicia francesa inculpó a la empresa por acoso moral.
En España, una sentencia del Tribunal Supremo en el año 2000 reconocía este síndrome como una dolencia psíquica causante de periodos de incapacidad temporal y como accidente laboral.
El Burnout se instaura como un proceso continuo que se manifiesta de una manera paulatina y que no permite al afectado identificar los cambios que está sufriendo. Para prevenirlo es muy importante establecer limites entre lo laboral y personal, disfrutar de periodos de descanso, la atención de su entorno social, para que dé la alerta y detener el proceso que puede llegar a consecuencias tan graves. Algo tan simple como la realización de cuestionarios o la medición de niveles de cortisol nos darán señales claras.
Un tratamiento eficaz del Síndrome de Burnout pasa por:
1 – Trabajar con técnicas de relajación como la meditación o la escucha de música relajante, pues han demostrado ampliamente su eficacia para reducir la ansiedad
2 – Realizar estiramientos y ejercicios antiestres como parte de la rutina diaria, incluso en el trabajo,en China saben de su importancia y beneficios. La práctica habitual de algún deporte (siempre adaptado a la condición física del trabajador) ha demostrado reducir notablemente los efectos del estrés en el organismo.
3 – La terapia psicológica cognitivo – conductual, ya sea individual o grupal, puede hacer que el trabajador desarrolle mecanismos eficaces para afrontar aquellas situaciones que le producen estrés y ansiedad.
4 – Empleo de antidepresivos.
5 – Separación de la actividad laboral temporal.
Afortunadamente, la mayoría de los pacientes consiguen una recuperación casi completa al cabo de unos meses.
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